miércoles, 6 de mayo de 2009

Villazon, reportaje por ABC


Villazón aseguraba a este periódico que sus cancelaciones tenían que ver “con el clima y con la gripe. Si acaso con cuidarme más. Antes yo me aventaba al ruedo en las condiciones que fuera y ahora prefiero tener un poco más de cuidado. Cuando las condiciones no están como debe de ser, por respeto al público, a la obra y a mí mismo, ahora prefiero decir que no estoy en condiciones de cantar. Desafortunadamente, en aquella época me dieron varias cosas a la vez —recuerda—, y lo cierto es que no le di tiempo a mi voz de recuperarse completamente y por eso ha sido un sube y baja. Por eso cancelé en el Met, para darme unas semanas y salir completamente de esto y no tener que cancelar el resto del año”.

Entre las cancelaciones, el concierto previsto en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid, en el que Villazón iba a presentar su disco dedicado a Haendel, editado por DG, en el que abandona su repertorio habitual para sumergirse en el Barroco. “Es la continuación de una aventura musical que empieza en 2000 tras haber escuchado un disco de Cecilia Bartoli de Vivaldi. Entonces pensé que esa música yo no la iba a cantar nunca”, explica.

Sin embargo, un encuentro con Enmanuel Haïm en París, “en el que me invitó a cantar Monteverdi y que fue una de las experiencias más profundas a nivel profesional y personal”, le llevaron a entrar en “este universo” y a planear este disco, que coincide con el 250 aniversario de la muerte del compositor.

Villazón se puso en contacto con Paul MacCreesh cuando éste estaba dirigiendo a Plácido Domingo en Tamerlano en el Teatro Real. Maestro —Domingo— y discípulo —Villazón— parecían asomarse al Barroco al mismo tiempo.

Es pura casualidad. Yo no estoy siguiendo los pasos del maestro —afirma—. Si fuera así, ahora estaría cantando Otello. Somos voces y carreras diferentes, y él es una de las grandes voces de todos los tiempos. Yo voy haciendo mi carrera de una manera más modesta”.

ABC

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